05 diciembre 2010

Futuro del pulmón del planeta

La Amazonia es un hábitat con una fabulosa biodiversidad de ecosistemas y culturas únicas, tal es la biodiversidad que el hombre desconoce todavía gran parte de la riqueza que atesora el ecosistema del Amazonas, como muestra un estudio de WWF, revela que en los últimos 10 años se han descubierto 1.200 nuevas especies, una cada tres días.
Su formidable extensión de selva tropical tiene una notable influencia de la estabilidad climática de nuestra atmosfera, considerada como el pulmón del planeta. Es un enorme territorio bañado por el rio amazonas considerado por algunos investigadores como el más grandes y caudalosos del mundo, inclusive por delante del Nilo. Se encuentra ubicado en Suramérica, desde la cordillera de los Andes hacia la costa atlántica de Brasil, en su recorrido atraviesa nueve países: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana, Guinea Francesa y Surinam, alcanzando  una longitud de 7.062 Kilómetros.

Pero no todos los habitantes del planeta tenemos respecto sobre los maravillosos ecosistemas naturales que albergan tanta diversidad de vidas. La WWF advierte que en los últimos 50 años el hombre ha provocado la destrucción del 17% de los bosques tropicales amazónicos, un área más grande que Venezuela o dos veces el tamaño de España.
En 2008 se ha calculado que entre diez y veinte mil hectáreas de árboles son explotadas al mes por la industria maderera o se sustituyen por cañas de azúcar, plantaciones de soja o carreteras para el transporte de los productos. Según experto el proceso es el siguiente: se retira la vegetación anterior, se sacan las raíces, se planta la soja, se echan los químicos, el suelo se satura de agua (llueve mucho) y los ácidos y fertilizantes afloran a la superficie, con lo que no se podrá formar otro tipo de vegetación en ese terreno y los grandes propietarios de ganado no talan árboles, pero sí los aíslan y estos se mueren, porque sus raíces necesitan agua de las vegetaciones cercanas. 

Otro mal de la Amazonía en la frontera de Brasil y Venezuela son los garimpeiros (en portugués, significa un buscador de piedras preciosas en el Amazonia).  En la búsqueda de oro y diamantes, los garimpeiros brasileños arrasan con todo lo que encuentran cuando invaden la selva amazónica. No saben de fronteras, ni de leyes, ni de otra autoridad que no sea la del dinero. Su acción devastadora destruyen y contamina con mercurio grandes extensiones del Amazonia. No les importa enfrentarse con las armas a cualquiera que se ponga en su camino, ya sea las autoridades o bien unos simples indígenas yanomanis, a quienes los esclavizan, los violan, los maltratan y asesinan.

Tenemos cifras algo esperanzadoras, aunque poco creíbles como:  La Amazonía perdió entre agosto de 2009 y julio de 2010, unos 6.450 kilómetros cuadrados de vegetación, ósea un 14 % menos de su destrucción desde que se comenzó a estudiar la misma en 1988, según ha informado el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales (INPE) de Brasil.
En la actualidad la información en controvertida, porque el gobierno de Brasil aboga por controlar la tala indiscriminada, pero por otra parte propone la construir la tercera más grande estación hidroeléctrica del mundo que estará funcionando en el año 2015. El plan inicial, que implicaba cuatro represas hidroeléctricas, era inundar 5 mil kilómetros cuadrados de tierra. Ahora sólo serán inundados 500 kilómetros cuadrados, debido a la fuerte presiones de ecologistas.

Los científicos está trabajando en la creación de un nuevo mapa de alta resolución que muestra el carbono encerrado en la vegetación de los bosques tropicales emitido por las prácticas de uso de tierras en el Amazonas. Los mapas fueron creados con el mapeo de satélites, tecnología de láser, y el conteo de parcelas de tierra. Las imágenes pueden ayudar a allanar el camino para un nuevo sistema de vigilancia por parte de las Naciones Unidas para tratar de frenar la deforestación y la degradación del suelo.

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