19 diciembre 2010

¡Estoy gordo, pero si casi ni como!

La humanidad se enfrenta a un gran problema de salud y que cada día que pase irá en aumento.  Podemos evitarlo o disminuir la frecuencia si  tomamos las medidas necesarias. Nos  referimos a la obesidad que según datos de la OMS, ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,6 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Los países con cifras más alta de obesidad en el 2009 son: Kuwait, Estados Unidos, países de Oriente Medio, Oceanía, en América Latina, con México en el quinto lugar mundial, Venezuela en el sexto y Guatemala en el décimo. 
Lo peor de todo es que estamos criando hijos obesos, fruto de una alimentación desequilibrada. La obesidad es la forma más frecuente de malnutrición en los países desarrollados. Aparece cuando la ingesta de alimentos energéticos supera al gasto de energía y por consiguiente, se almacenan en el organismo como tejido graso. Si se tiene en cuenta que una sobrealimentación excesiva durante la infancia tiene una probabilidad del 60-80% de ser obeso cuando se es adulto, es fundamental que tanto los pediatras, como padres y educadores tomen medidas preventivas para que un sobrepeso en la infancia no se perpetúe en la vida adulta. La obesidad infantil de tipo nutricional puede generar complicaciones ortopédicas, respiratorias y cutáneas. Los niños con sobrepeso corren el riesgo de sufrir diabetes, colesterol e hipertensión. En definitiva, todas ellas conducen a padecer de enfermedades cardiovasculares. Se estima que alrededor del 13% de la población entre los 25 y 60 años es obesa. Resultan aún más preocupantes las cifras de obesidad y sobrepeso infantil. Casi el 14% de la población entre los 2 y 24 años es obesa y más del 26% padece sobrepeso.

En los años ochenta las teorías genetistas de la obesidad afirmaron que la heredabilidad del peso corporal era de hasta un 40%. En el genoma humano se han identificado diversos genes candidatos a la predisposición genética de padecer obesidad (Gen de la petina, gen del preceptor, gen de la proteína desacopladora y los genes reguladores de la secreción de insulina). Pero lo más importante es el estilo de vida y los hábitos alimentarios: Un nivel socio-económico alto, ser hijo único, el pequeño de los hermanos o pertenecer a una familia con un sólo progenitor aumenta la prevalencia de esta enfermedad. Ir al colegio en autobús, subir en ascensor,  participar en las actividades extraescolares sedentarias (manualidades, idiomas,..), junto a un exceso de horas de televisión que incitan al niño a ingerir una gran cantidad de alimentos. Otro aspecto a considerar son las actitudes que la familia del niño tiene hacia la comida, puesto que en muchas ocasiones a los padres le satisface sus caprichos culinarios.

La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El índice de masa corporal (IMC) que se determina con el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2). Se utiliza para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos, tanto a nivel individual como poblacional.  La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como un IMC25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30. Según estudios  hay riesgo de enfermedades crónicas en la población aumenta progresivamente a partir de un IMC de 21. igual o superior a
Los nuevos Patrones de crecimiento infantil presentados por la OMS en abril de 2006 incluyen tablas del IMC para lactantes y niños de hasta 5 años. No obstante, la medición del sobrepeso y la obesidad en niños de 5 a 14 años es difícil porque no hay una definición normalizada de la obesidad infantil que se aplique en todo el mundo. La OMS está elaborando en la actualidad una referencia internacional del crecimiento de los niños de edad escolar y los adolescentes.
También recomiendan a los adultos que se mida la cintura y que tenga en cuenta que, según sus cálculos, si es superior a los 88 centímetros entre las mujeres y a los 94 centímetros entre los hombres existe un alto riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Enfermedades desencadenadas por la obesidad.
Cada vez hay más personas con enfermedades debido al sobrepeso y a las mala alimentación.  Puede producir enfermedades como:
La diabetes, hipertensión, arterosclerosis, trombosis y embolias, problemas en la vesícula o vías biliares, riesgo a tener cáncer de colon, recto, próstata, mama y útero. Además de estas enfermedades más corrientes, ser obesa u obeso lleva otras complicaciones:
Problemas en las articulaciones debido a que la estructura ósea y muscular tiene que soportar una masa corporal mucho más grande de la prevista, provocando dolores sobre la parte baja de la espina dorsal y las piernas. Problemas en la respiración por dificultad de mover el diafragma en el abdomen y la mayor resistencia de la caja torácica a la dilatación por el exceso de grasa que la recubre, provoca que la presencia del oxígeno en la sangre sea insuficiente, manifestándose como somnolencia, aturdimiento y serias complicaciones funcionales. También problemas dermatológicos provocados por infecciones causadas por hongos en las zonas del cuerpo donde se forman pliegues cutáneos y hay fricción de la piel.
 
Recomendaciones generales: 
1.    Aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos. 
2.    Reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas; Reducir la ingesta de azúcares.
3.    Realizar actividad física: un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada para la fase de desarrollo de la persona y que sea variable las actividades.
Es cierto que algunas personas son obesas por enfermedades y que la carga genética predisponen a la obesidad, lo que no cabe duda es que el estilo de vida en nuestra alimentación y actividad física es fundamental para lograr mantener un peso normal para la persona según su edad y sexo. En la vida hay un lema que los extremos no son buenos, en otras palabras no hay que estar caquéctico ni obeso.