21 noviembre 2010

Compre.... ¡Espere lo necesita!


Un día nos levantamos y nos preguntamos ¿Realmente necesito todas las cosas que me rodean en casa para vivir bien y ser feliz?. Como vemos las respuestas a dicha pregunta es muy variada y personal, seguramente habrá muchas respuestas. La razón es que vivimos en una sociedad consumista, que pesamos que todo lo que se vende es necesario, pero obviamente el ser humano sucumbe al bombardeo de publicidad de diferente clases y formas, muchas veces se valen de diferentes artimañas como sensualidad, belleza y estereotipos, donde hay un culto a lo bello y perfecto, pero también tenemos otros acosos publicitarios,  algunos hasta desagradable como por ejemplo las empresas de comunicación (teléfono, internet), que nos llaman y realmente no sabemos cómo averiguan tu número telefónico, pero lo hacen día tras día para plantearte las ventajas de cambiarte a su empresa,  mientras tu estas harto de tal insistencia e intentas explícale que no te interesa, pero la otra persona no para de hablar, al parecer no entiende la palabra “No”, hasta que tu pierdes la paciencia les decides una de esas frases con referencia a los desechos, pero insiste nuevamente hasta que decides cortar la llamada.

Alguna vez has notado cuando vemos la televisión (es uno de los medios de publicidad más  influyente) que cambia dependiendo de la programación que se esta transmitiendo. Fíjate cuando pasan un espectáculo de deporte, llámese fútbol, formula 1 o tenis, vemos que la publicidad es destinada a los hombre como perfumes, coches, bebidas, etc. En cambio cuando la programación es de famosos o moda, la publicidad cambia y es destinada a las mujeres como perfumes, ropa, cremas, etc. Igualmente cuando son dibujos animados  o programas infantiles la publicidad es para niños como juguetes y juegos.
En el mundo occidental constantemente nos ínsita a consumir atreves de campañas agresivas de publicidad, durante los días festivos como las navidades.

Pero ahora tenemos otro medio de publicidad que ha incrementado su influencia en nuestras vidas y sobre todo de los jóvenes, ya saben a qué me refiero,  es internet que nos permite inclusive hacer las compras con solo clics desde casa, así obtenemos infinidades de artículos o bienes de servicio.

Sabemos que debemos consumir algunos artículos para satisfacer nuestras necesidades, pero cuando rebasamos esta situación entramos en el consumismo. Alguna vez alguien de nosotros a comprado un articulo pesando que lo necesitaba, sin embargo al pasar un año vemos que lo hemos utilizado un par de veces a lo sumo y entonces nos preguntamos, ¿Realmente lo necesitaba? o más bien era un capricho para satisfacer mi ego o presumir antes mis amigos.
Creo firmemente que casi la mayoría de los habitantes de los países desarrollado han comprado algún articulo que realmente no lo necesitaban mientras las personas de los países en vía de desarrollo solo piensan en tener alimento para el día siguiente.

A todos nos afecta la fiebre consumista, pero de forma especial a los adolescentes. Consumir a la desesperada, realmente nos hace más feliz o por el contrario, nos conduce a una continua insatisfacción. Todo esto tiene consecuencias para la salud mental, emocional e incluso física de muchos menores. Es preciso que conozcamos los mecanismos engañosos del consumismo y que se los enseñemos. La carrera por estar a la moda, el reclamo de las marcas y la publicidad, marcan la vida. Al parecer nos hacen pensar que no es importa que uno sea egoísta, lo importante es no quedarse atrás, hay que estar a la moda, ser “chic”. Podemos verlo con los móviles de ultra generación con pantalla táctil, cámara de tantos megapixeles como si fuera una cámara digital normal, Mp3, radio, agenda, internet, lo curioso es que lo utiliza un adolescente que solo va al colegio, mi pregunta es necesario un móvil tan sofisticado para este tipo de persona, pero allí no se queda la cosa al cabo de 3 meses lo cambia por otro prácticamente idéntico, lo único es que cambia de color al colocarle diferentes fundas, en otras palabras es mas “way”, eso sí lo pagan sus padres. En otras palabras estamos educando generación de relevo a ser consumistas.

Podemos decir que el consumismo es una acumulación de bienes o servicios considerados como innecesarios para vivir. Ahora porque los gobiernos en esta crisis están incentivando el consumo de bienes para generar más demanda de productos a las empresas prestadoras de servicio, que incrementan así sus ingresos, mientras se escudan en la política que de esta forma contratan más personal y disminuir por tanto el paro. Reconozco que no entiendo de economía, pero reflexionemos, la crisis actual no fue producto de muchos factores, pero uno de los mas importantes fue la desmesurada adjudicación de créditos hipotecarios, en otras palabras por un consumismo irracional, entonces en que quedamos, consumismo o no.

Hay estudios realizados del grado de consumismo que impresionan con sus conclusiones, como ejemplos tenemos:
Los niños británicos eran capaces de identificar más personajes de Pokémon que especies silvestres comunes.
Y los niños estadounidenses de dos años que aunque no conocían la letra M, muchos de ellos sí podían identificar los arcos con forma de M de los restaurantes McDonald’s.
Una encuesta internacional en 16 países reveló que sólo el 27% de los niños desarrollaban juegos imaginativos, y que sólo el 15 % de las madres consideraban que el juego era esencial para la salud de sus hijos.
y como nota tenemos que dos perros pastores alemanes, consumen en un año más recursos que un habitante medio en  Bangladesh.

Según estudios el consumismo trae como consecuencias:
1-Aumenta las diferencias existentes entre los países ricos y los pobres.
2-Genera bolsas de pobreza.
2-Deteriora el medio ambiente
3-Hace confundir a las personas haciéndoles creer que mientras tengan más cosas pueden subir de clase social.
4-El consumismo no es un modo adecuado ni inteligente de lograr la felicidad .
5-Por lo tanto el consumismo es injusto, insolidario y deshumanizador.

También tenemos la otra cara de la moneda, donde hay personas e instituciones que argumentan que el consumo de artículos o bienes no son gastos innecesarios, pero lo cierto es que día a día las personas gastamos más recursos para vivir, además los artículos desechados general una cantidad de residuos que provocan contaminación ambiental. Un ejemplo son las bolsas plásticas que por su composición son difíciles de reciclar y pueden durar cientos de años antes de degradarse.
Al final de todo es nuestra decisión adquirir los bienes que queramos y podamos.