04 septiembre 2011

Vivir para derrocha = Crisis


Han sido muchas las personas que en los últimos años han vivido por encima de sus posibilidades. Pero no fueron los únicos culpables, porque las entidades de crédito brindaron numerosas facilidades para conseguir: pagos por plazos, financiaciones, tarjetas de crédito, créditos rápidos, reunificación de créditos. Todo parecía color de rosa y hacía pensar que todo era posible. Entonces que paso, de pronto llego la crisis y hemos tenido que sufrir todas las consecuencias de nuestro gasto descontrolado.

Según Charles Dickens en su novela David Copperfield decia: “Me conjuró solemnemente para que recordara su destino y para que no olvidara jamás que si un hombre con veinte libras esterlinas de renta gasta diecinueve libras, podrá ser dichoso; pero que si gasta veintiuna libras, nunca se librará de la miseria”.

Esperemos que hayamos aprendido que hay que ser más prudentes a la hora de gastar, y fomentar el gasto en función de las posibilidades de cada uno y no del endeudamiento. Y es que con ello no solo perdieron la oportunidad de que su dinero pudiera hacer más dinero, sino que se endeudaron y pagaron más por lo mismo, en muchos casos por cosas que verdaderamente no necesitaban.
En España se vive bastante de apariencias. Según una encuesta de la FRS Grupo Inmark, el 6, 2% de los españoles reconoce que pasa apuros para devolver los créditos. La fuerza de dato reside en que este porcentaje se ha casi triplicado en un año, pasando de un 2,2% a un 6,2%.
La crisis económica ha provocado un aumento de la morosidad. La salud financiera de los españoles se refleja en la morosidad bancaria que, desde principios de 2008 hasta mediados de 2009 se ha disparado en 3,5 puntos porcentuales, hasta situarse en el 5% en octubre. De hecho, en 2008 antes de que la crisis económica se manifestara en España con tanta virulencia, sobre todo del lado del desempleo, nadie admitía tener problemas para pagar este tipo de créditos.
El problema es que la sociedad ha desarrollo de unas formas económicas de producción y consumo de bienes y servicios superfluos que están muy por encima de lo necesario. Las razones son tradiciones culturales y de posicionamiento social. Se persigue deslumbrar a los demás, sobresalir, distinguirse, demostrar superioridad. Un comportamiento propio del ser humano. Así tenemos gente famosas con grandes fortunas que mueren en la total ruina.
Pero no solo nosotros vivimos por encima de nuestras posibilidades es cuando compramos lo que no podemos comprar, como por ejemplo: vamos de vacaciones a donde no nos podemos ir y mantenemos costumbres y caprichos de ricos, cuando en realidad no lo somos.
También el gobierno vive por encima de las posibilidades cuando disponemos de unos servicios sociales que no podemos pagar, nos permitimos libertades como condonar deudas de otros países y atendemos a todos en nuestra sanidad o educación, aunque nuestros ingresos no lleguen realmente para ello.
Se ha permitido unos precios por encima de las posibilidades de las personas, ya sea pisos u otros bienes en nada acordes con nuestros ingresos, así tenemos que el precio de la vivienda no tiene nada que ver con los salarios de la clase media, porque también los salarios no tiene nada que ver con los salarios del mercado mundial.
También tenemos 17 comunidades autónomas, 44 diputaciones y mas de 3.000 ayuntamientos porque nos gusta tener el papeleo o burocracia cerca. Por si fuera poco tenemos Universidades con pocos alumnos y además abrimos Aeropuertos en cada capital de provincia, aunque no sea rentable porque las pérdidas las asume el estado.

Quizás necesitemos un poco de humildad para que recordemos cuales son las realidades de nuestro país.